miércoles, 30 de marzo de 2011

No lo sé.

Quizá por tus ojos. Esos ojos que me hipnotizan. Tal vez por tu sonrisa. Esa sonrisa que me hace reír pase lo que pase. Por tu boca, tus labios, tu sabor.. Por tus pequeñas manías. Esas que tanto me desquician y que a la vez me gustan tanto de tí. Como morderse el labio o toquetearse el pelo cada dos por tres. Tus brazos. Esos brazos que desearía que me abrazasen a cada hora. A cada minuto. A cada segundo. Tu pelo. Demasiado perfecto. Demasiado hermoso para ser realidad. Tus obsesiones. Aquellas por las que no vive y tanto coraje me dan, simplemente porque no puedo hacerlas realidad o porque yo no entro en ellas. Por tu seguridad. Esa que me transmite con solo pensarlo. Y por tu inseguridad. La que me asusta y me da escalofríos. Por cómo caminas. Por ser distinto de los demás. Por no dejarte influenciar y ser siempre él mismo. Tu sinceridad. Por tu complicidad. Porque con tu simple hola, hace que se me pongan los pelos de punta y los nervios me coman viva.



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